El estrés es una respuesta natural del cuerpo ante situaciones que consideramos desafiantes o amenazantes, ya sea una entrevista de trabajo, una discusión con un ser querido o una presentación importante. Aunque el estrés puede ser útil en ciertas situaciones, cuando es crónico o constante, puede tener efectos negativos en nuestra salud mental y física. Por eso, el manejo del estrés es una habilidad importante que se puede desarrollar a través de la terapia cognitivo conductual (TCC).
La terapia cognitivo conductual es una forma de terapia que se enfoca en cómo nuestros pensamientos, sentimientos y comportamientos se interconectan para influir en nuestra experiencia de vida. En el caso del estrés, la TCC trabaja con el individuo para identificar y cambiar los pensamientos negativos y las respuestas emocionales que pueden contribuir a un estado de estrés crónico. Aquí hay algunas técnicas comunes que se utilizan en la TCC para manejar el estrés:
Identificación de pensamientos negativos: El primer paso en el manejo del estrés es reconocer los pensamientos negativos que pueden estar contribuyendo al problema. La TCC puede ayudar al individuo a identificar patrones de pensamiento perjudiciales, como el catastrofismo (esperar lo peor en todas las situaciones), la exageración (magnificar la importancia de un evento), la personalización (tomar las cosas de manera personal) y la generalización (extraer conclusiones extremas de una sola experiencia). Una vez que se identifican estos patrones, se pueden desafiar y reemplazar con pensamientos más realistas y positivos.
Técnicas de relajación: La TCC también puede enseñar técnicas de relajación, como la respiración profunda, la relajación muscular progresiva y la meditación, que pueden ayudar a reducir la respuesta física al estrés. Estas técnicas pueden utilizarse como una forma de prevención del estrés, o como un método para calmar el cuerpo después de una situación estresante.
Entrenamiento en resolución de problemas: La terapia cognitivo conductual también puede ayudar a los individuos a desarrollar habilidades para resolver problemas de manera más efectiva. Esto puede incluir el desarrollo de estrategias para afrontar y solucionar problemas específicos, así como la identificación de las barreras emocionales y cognitivas que pueden impedir la resolución efectiva de problemas.
Cambio de comportamiento: La TCC también puede ayudar a los individuos a cambiar sus comportamientos para reducir el estrés. Por ejemplo, si alguien se siente estresado por tener una agenda muy llena, la TCC puede ayudar a la persona a identificar formas de simplificar su agenda o delegar tareas a otros. Otras estrategias incluyen la reducción de la exposición a situaciones estresantes o la implementación de un plan de acción para manejar situaciones estresantes específicas.
Estrategias de afrontamiento adaptativo: En la TCC, se enfatiza el uso de estrategias de afrontamiento adaptativo para reducir el estrés. Esto puede incluir el desarrollo de habilidades de resiliencia, la creación de redes de apoyo social, el aumento de la autoestima y la mejora de la comunicación interpersonal. Estas habilidades pueden ayudar a los individuos a enfrentar situaciones.
Estas técnicas y herramientas se practican en la terapia con el psicólogo. Existen muchas variaciones y otras técnicas diferentes que se aprenden en sesión.